PROBLEMAS CON LOS PERROS EN UNA COMUNIDAD

Cada vez es más frecuente la tenencia de mascotas, y concretamente perros, en comunidades de propietarios. En una mayoría de casos, estos perros no generan problema alguno a los vecinos, pero no es infrecuente que algunas veces haya perros que supongan una pesadilla para el resto de vecinos.

Es evidente que un apartamento no es el lugar perfecto para como lugar de residencia de este tipo de animales y es normal que en muchas ocasiones se pongan nerviosos y empiecen a ladrar provocando molestias en la comunidad.

Es normal que en algunos momentos se sientan solos y  estén llorando durante todo el tiempo que sus dueños estén fuera de casa. Todas estas situaciones tienden a empeorar durante la noche, donde además cualquier ruido se amplifica y molesta mucho más que durante el día.

Tenemos que conciliar el derecho de todo dueño a tener una mascota y el derecho del resto de los propietarios a poder disfrutar en una vivienda sin molestias ni ruidos, especialmente de noche.

La mayoría de las ordenanzas municipales regulan las molestias generadas por los perros, ya sea en cuanto a ruidos, seguridad y condiciones higiénicas que deben cumplir los propietarios.

De hecho, cuando surgen molestias generadas por los perros, la forma más fácil y rápida de intentar resolver el problema es llamando a la policía local cuando se están produciendo las molestias. Es frecuente que la policía acuda a la vivienda y son muchos los casos en los que son capaces de resolver el problema. No obstante lo anterior, cuando la policía no puede brindarle a los vecinos una solución, la comunidad puede iniciar un procedimiento para emprender acciones legales contra el propietario de la vivienda o inquilino titular del perro Si bien este tipo de procedimientos judiciales suelen ser lentos y de resultado incierto, es a veces la única solución a nuestro alcance.

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